1.
La población
La población
en Europa aceleró su crecimiento durante el siglo XIX, llegando a doblarse. Las
causas fueron muy variadas:
-
Las mejoras en el transporte
hicieron posible la importación de alimentos de ultramar a gran escala
-
La producción agrícola
experimentó un enorme crecimiento a lo largo del siglo por dos razones:
o
La cantidad de tierra
cultivada aumentó, sobre todo en Rusia y la Europa más Oriental. En Europa
Occidental también se obtuvo más tierra cultivable con la abolición de los
yermos y del barbecho.
o
La productividad agrícola se
incrementó debido a la introducción de nuevas técnicas más científicas. La
maquinaria agrícola, como las trilladoras movidas a vapor y las segadoras
mecánicas, hizo su aparición en la segunda mitad del siglo.
-
Se produjeron migraciones de
dos tipos: interna e internacional. A lo largo del siglo abandonaron Europa unos
60 millones de personas, más de la mitad a Norteamérica, otra gran parte a Hispanoamérica
y el resto a Oceanía y Sudáfrica. Dentro del continente las migraciones también
fueron importantes y produjeron cambios en la concentración de la población,
cada vez más urbana.
2. Los
recursos naturales
A consecuencia
del cambio tecnológico y de la presión del aumento de la demanda, recursos
antes desconocidos o de poco valor adquirieron súbitamente una importancia
enorme, como fue el caso del carbón de piedra, y las regiones donde se
concentraba este mineral en Europa se convirtieron en lugares muy importantes
para la industria pesada del siglo XIX.
Europa estaba
bien provista de recursos minerales, pero las demandas de la industria moderna
intensificaron enormemente la necesidad de su utilización. La consecuencia fue
la búsqueda sistemática de nuevos yacimientos, incluso en territorios muy
lejanos.
3.
Desarrollo y difusión de la tecnología
Es importante
tener en cuenta las diferencias entre tres términos muy relacionados:
invención, innovación y difusión de nueva tecnología. Invención se refiere a
una novedad patentable, el invento no tiene una importancia económica concreta.
Solo cuando se convierte en una innovación tiene importancia económica. La
difusión es el proceso por el cual se extiende una innovación por la industria.
-
Fuerza motriz y producción de
energía
Las máquinas
de vapor de Watt tenían muchas limitaciones como máquinas motrices. Su eficacia
térmica era baja, generaban tan sólo unos 15 caballos de fuerza, como un molino
de viento o de agua eficaz. Debido a los avances científicos hubo grandes
mejoras en la industria del vapor, como las máquinas de vapor de alta presión,
que se montaron en ferrocarriles y barcos para su propulsión. La potencia y
eficacia mejoró exponencialmente, y al final del siglo había máquinas que
podían producir más de 1.000 caballos, y algunos tipos hasta 5.000. Incluso
estas grandes máquinas eran inadecuadas para la producción de electricidad,
puesto que la velocidad de rotación era demasiado baja para las velocidades
mucho mayores que exigían los generadores eléctricos. La turbina de vapor dio
con la solución a este problema. La
electricidad se había utilizado desde 1840, tanto en industria como faros para
alumbrar, que dio lugar a la invención de la lámpara incandescente.
La
electricidad es una de las formas de energía más versátiles. En pocos años los
motores eléctricos habían encontrado docenas de aplicaciones diferentes. El
petróleo es otra de las grandes fuentes de energía que adquirió máxima importancia a finales del
siglo XIX, como combustible para iluminación y poco después para los motores de
combustión interna.
-
El acero barato
Las
innovaciones más notables que afectaron a la industria siderúrgica tuvieron
lugar en la segunda mitad del siglo, en relación con la fabricación del acero:
en 1856 un inventor inglés llamado Bessemer patentó un método para producir
acero directamente del hierro fundido. La producción del acero de Bessemer
aumentó rápidamente y desplazó al hierro. Otros inventores mejoraron el horno
de Bessemer, dando lugar al horno Siemens-Martin que podía utilizar hierro
fosfórico. Era algo más lento y costoso que el proceso anterior, pero ofrecía
un producto de mayor calidad. La expansión de la industria del acero tuvo un
profundo impacto en otras industrias, llegando a reemplazar al hierro y la
madera.
-
El transporte y las
comunicaciones
La locomotora
de vapor y sus inseparables compañeras, las vías de acero, se convirtieron más
que cualquier otra innovación tecnológica del siglo XIX, en el paradigma del
proceso de desarrollo económico. Eran a la vez los símbolos y los instrumentos
de la industrialización. Los ferrocarriles ofrecían un transporte barato,
rápido y muy seguro, y su demanda de hierro, carbón, madera, ladrillos y
maquinaria fue un gran estímulo para las industrias que los suministraban.
Todas las naciones europeas empezando por Gran Bretaña construyeron líneas de
ferrocarril para transportes en mayor o menor medida, la mayor parte se
construyó en la segunda mitad del siglo, en la que los ingenieros británicos
construyeron algunos de los primeros ferrocarriles del continente y más tarde
en India, Latinoamérica y Sudáfrica. Los estadounidenses construyeron sus
ferrocarriles con ayuda británica, los franceses y alemanes también
construyeron ferrocarriles en Europa y Asia. El barco de vapor también desempeñó un papel muy importante en la
globalización de la economía mundial.
La maquinaria
para fabricar papel y la prensa cilíndrica de imprimir redujeron enormemente el
coste de los libros y periódicos. Más importante todavía fue la invención del
telégrafo eléctrico por Morse. En 1850 la mayoría de las principales ciudades
de Europa y América estaban unidas por cables de telégrafo, y en 1866 se tendió
el primer cable entre Europa y Norteamérica bajo el Atlántico. Después se
inventó el teléfono y poco después la radio, que mejoraron las comunicaciones y
las hicieron más personales.
El desarrollo
tecnológico exigía la cooperación de
muchos especialistas científicos e ingenieros cuyo trabajo estaba coordinado
por ejecutivos comerciales que, aunque no poseyeran una pericia especial en la
nueva tecnología, se dieron cuenta del potencial que encerraba. Una de las más
importantes fue la ciencia química, que tuvo aplicaciones en la industria
farmacéutica, en la metalurgia y en la producción, el procesado y la
conservación de alimentos, así como ayudó a la agricultura.
4. El marco
institucional
El marco
institucional de la actividad económica en la Europa del siglo XIX, que produjo
la primera civilización industrial, daba un amplio margen de acción a la
iniciativa individual y a la empresa, permitía la libre elección de la
ocupación y la movilidad geográfica y social, se apoyaba en la propiedad privada y el imperio de la ley y hacía
hincapié en el uso de la racionalidad y la ciencia en la consecución de los
fines materiales.
-
Bases jurídicas
En Gran Bretaña el sistema jurídico era el
derecho consuetudinario o común cuyos rasgos característicos eran su carácter
evolutivo, su apoyo en la costumbre y los precedentes como punto de partida en
las decisiones legales escritas, y su flexibilidad. Prestaba protección a la
propiedad y los intereses privados frente a los abusos del Estado, y a la vez
protegía el interés público contra las extorsiones de los particulares. También
incorporó las costumbres de los comerciantes, como derecho mercantil.
En el resto de
Europa, el documento con el que se instituye el nuevo orden tras el Antiguo
Régimen es la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. En su
primer artículo se proclamaba que << todos los hombres nacen y permanecen
libres e iguales en sus derechos>>, derechos especificados como libertad,
propiedad, seguridad y resistencia a la opresión. En esta declaración también se especificaban
las garantías para preservar esos derechos.
Los franceses
llevaron las reformas revolucionarias a los territorios conquistados en el
curso de las guerras revolucionarias y napoleónicas. La revolución fueron los
primeros pasos esenciales hacia una política constructiva y coherente. Hubo una gran labor de codificación legal
comenzada durante la Revolución pero concluida bajo el Imperio. Los códigos
conservaron los principios fundamentales de la Revolución: igualdad ante la
ley, un Estado secular, libertad de pensamiento y libertad económica. El Code
Civile, difundido en 1804, es el más importante y fundamental, y refleja
claramente las preocupaciones y los intereses de las clases propietarias. Otro
de los códigos de la época napoleónica fue le Code de Commerce, de 1807, en el
que se distinguían tres tipos de empresas comerciales: simples, limitadas y
anónimas.
-
Pensamiento económico y
política
En 1.776, año
de la Declaración de Independencia americana, Adam Smith publicó en “La Riqueza
de las naciones “lo que iba a ser una declaración de independencia económica individual.
Sus críticas a los comerciantes no son menos mordaces que sus condena de los
gobiernos imprudentes o mal dirigidos; su mayor preocupación era demostrar que
la abolición de las restricciones y trabas a la empresa individual fomentaría
la competencia dentro de la economía, y esto, a su vez, aumentaría la riqueza
de las naciones. Los estadistas de ambos lados del Atlántico los citaban para
apoyar u oponerse a partes de la legislación que Smith defendía o atacaba. Pero
no fue hasta bastante después de su muerte cuando las ideas de Smith empezaron
a ponerse en práctica en la legislación.
Según Smith y
su << sistema de libertad natural>>, el Estado solamente tenía tres
funciones
o
El deber de proteger a la
sociedad de la violencia y la invasión de otras sociedades independientes
o
El deber de proteger, en la
medida de lo posible, a cada miembro de la sociedad de la injusticia o la
opresión por parte de cualquier otro miembro de ésta, o el deber de establecer
una administración de justicia imparcial.
o
El deber de llevar a cabo y conservar ciertas
obras públicas y ciertas instituciones públicas.
El liberalismo
económico también tenía sus partidarios en el
continente, pero no consiguieron paternalismo estatal estaba mucho más
arraigada en el continente que en Gran Bretaña. Estados Unidos tenía una mezcla
única de gobierno y empresa privada, el sistema americano consideraba al Estado
como un organismo para ayudar a los individuos y a la empresa privada para
acelerar el desarrollo de los recursos materiales de la nación.
-
Estructura de clases y lucha
de clases
En lo más alto
de la pirámide social había una clase dirigente de terratenientes, que incluía
a algunos que no eran nobles, así como al alto clero y a la nobleza propiamente
dicha. Concentraban el poder político y su estatus social era la propiedad de
la tierra, lo que les permitía vivir sin tener que trabajar. A continuación en
la escala social estaba la clase media alta, de grandes mercaderes, altos
funcionarios del gobierno, notarios y abogados. Más abajo se situaba la clase
media baja, compuesta por artesanos, pequeños comerciantes…En el escalafón más
bajo de la sociedad estaban los campesinos, trabajadores de la industria y
peones agrícolas.
El siglo XIX
vio en ocasión, amargas luchas entre grupos rivales por el reconocimiento y el
domino social y político. Las formas más usuales de agrupación y solidaridad
entre la clase trabajadora y de ayuda mutua fueron los sindicatos. Todas las
naciones han pasado por tres fases en su actitud hacia los sindicatos: la de
prohibición o supresión inmediata, tolerancia limitada en la que se les
perseguía tras las huelgas, y la tercera fase que concedía plenos derechos
legales a los trabajadores para organizarse y participar en actividades
colectivas, esto se consiguió en el siglo XX y no en todos los países.
-
Educación y alfabetización
Otra
característica del desarrollo económico del siglo XIX fue el aumento de la
alfabetización y la educación. Los países más alfabetizados en el siglo XIX
eran los del noroeste de Europa, junto con Estados Unidos, mientras que los del
sur y el este de Europa son los menos alfabetizados.
La revolución
francesa introdujo el principio de educación gratuita y pública, que fueron
asimilando a lo largo del siglo el resto de países.
-
Relaciones internacionales
En el Congreso
de Viena, los vencedores de Napoleón intentaron restablecer el Antiguo Régimen,
pero las fuerzas ideológicas de democracia y nacionalismo, junto con las
fuerzas económicas de la
industrialización socavaron sus pretensiones. Las guerras del siglo XIX fueron
breves y limitadas, pero tuvieron resultados políticos importantes con implicaciones
en la política económica, pero no obstaculizaron la acumulación de capital o el
proceso de cambio tecnológico. Hacia el final del siglo, las tensiones
políticas, en ocasiones alentadas por la rivalidad económica, se agudizaron y
desembocaron en el resurgimiento del imperialismo europeo.
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