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miércoles, 4 de diciembre de 2013

LA EMPRESA Y EL EMPRESARIO

TEMA 3: LA EMPRESA Y EL EMPRESARIO

FUNCIONES DE LA EMPRESA EN LA ECONOMÍA DE MERCADO
En una economía de mercado el fin de la empresa está relacionado con la persecución de sus intereses particulares y en concreto la obtención de un beneficio, que en el largo plazo es necesario para su propia supervivencia.
Para realizar este fin la empresa desarrolla unas funciones fundamentales, de entre ellas podemos destacar las siguientes:
-          Genera riqueza mediante la producción de bienes y servicios, creando empleo y desarrollando el sistema económico.
-          Coordina, dirige y controla el proceso de producción. El empresario decide la asignación de los recursos a la producción, dirigiendo el proceso productivo y estableciendo relaciones con el resto de los agentes económicos.
-          Reduce los costes de transacción generados por el mercado. Las imperfecciones del mercado generan unos costes de información y de negociación de los contratos que pueden reducirse si la empresa organiza la actividad en su interior.
-          Realiza una función de descuento o anticipo del producto social. La empresa adelanta a los factores de producción su participación en el producto, antes de que se haya consumado el proceso, y genera las rentas monetarias a través del proceso de retribución a los factores.
-          Asume el riesgo inherente a la función de anticipo del producto social al retribuir a los factores antes de vender y cobrar sus productos.
FUNCIONES Y CARACTERÍSTICAS DEL EMPRESARIO
El concepto de empresario se puede identificar con el emprendedor que pone en marcha un proyecto empresarial y con el de directivo profesional que toma las decisiones en la empresa.
El empresario es la figura que adopta las decisiones generales en la empresa, que planifica los objetivos a conseguir y diseña los medios para alcanzarlos, aunque después puede delegar las decisiones operativas en niveles inferiores de autoridad.
Las características principales o aptitudes que debe poseer el empresario:
-          Espíritu emprendedor: el empresario debe ser alguien que busca una oportunidad de mercado para poder obtener beneficios y que diseña un plan y una organización para conseguir sus objetivos.
-          El empresario debe orientar su actuación hacia la innovación
-          Papel de líder: el empresario debe concebir la “misión” de la empresa y diseñar las estrategias para alcanzarla. Su actitud debe influir en los componentes de la organización para que se identifiquen con ella y se desempeñen voluntariamente en la consecución de los objetivos propuestos.
-          Necesidad de realización: la motivación de realización es un elemento fundamental del espíritu de empresa económica y de la mentalidad del empresario.
FIGURA DEL EMPRESARIO EN EL PENSAMIENTO ECONÓMICO
En sus orígenes el pensamiento económico se centraba fundamentalmente en conceptos de precio y salarios justos o en la idea de un orden económico natural.
Durante la etapa mercantilista (s. XVI y XVII) la preocupación por los aspectos éticos es reemplazada por la concepción de la economía como negocio. Al ser le comercio la principal actividad económica, el concepto de empresario se asocia, en esta época, con el de mercado o persona dedicada al comercio.  
LOS CLÁSICOS
En el siglo XVIII comienza a consolidarse el carácter científico de la disciplina económica, se produce un fuerte desarrollo de las teorías relacionadas con el mercado, pero se observan escasas aportaciones al concepto de empresa y mínimo interés por el papel del empresario. Se identifica a este último con el propietario y no existe una preocupación por elaborar una teoría específica del empresario.
A. Smith, David Ricardo y Stuart Mill identificaron al empresario con el capitalista o el propietario único del negocio, que lo dirige y controla personalmente asumiendo el riesgo inherente a la propiedad. 
NEOCLÁSICOS
Hasta muy avanzado el siglo XIX no se empieza a distinguir, por parte de los economistas, una función para el empresario  diferente de la del propietario. Marshall realiza una aportación fundamental al elevar la función empresarial, definida como función de organización, a la categoría de cuarto factor de la producción. Intuye DE esta forma la separación entre dirección y propiedad de la empresa.
SIGLO XX
Ya entrados en el siglo XX, se suceden distintos enfoques teóricos que han configurado las modernas teorías del empresario. Entre ellas hay que destacar:
LA TEORÍA DEL EMPRESARIO RIESGO DE KNIGHT:
 Knight considera la incertidumbre como elemento esencial de la actividad empresarial.
Presenta una teoría del empresario en la que su principal papel reside en asegurar las rentas de los factores productivos soportando el riesgo de la actividad económica de la empresa y define el beneficio empresarial como la recompensa por asumir dicho riesgo.
El empresario contrata los factores de productivos a unos precios determinados, que representan los costes de la empresa y de esta forma genera las rentas monetarias, que anticipa a los factores que participan en la producción antes de conocer los resultados de la actividad económica emprendida, para buscar un beneficio residual, siempre de carácter incierto.
El empresario tiene que realizar las siguientes previsiones:
-          Conocer las necesidades de los consumidores y estimar la demanda para sus productos
-          Determinar sus precios de ventas o adecuar sus costes a los precios previstos en el mercado en el momento de la venta de los productos.
En función de la información y el grado de conocimiento que el empresario posea sobre la economía y sus agentes, el grado de incertidumbre será mayor o menor y, en consecuencia, las predicciones que realice serán más o menos acertadas.
LA TEORÍA DEL EMPRESARIO INNOVADOR DE SCHUMPETER
Para Schumpeter el empresario constituye un elemento esencial del sistema económico de mercado, ya que la innovación y el progreso técnico son los factores básicos del crecimiento de la economía capitalista.
El sistema económico tiende a estar en una situación de equilibrio en la que los ingresos de las unidades económicas de producción son iguales a los costes de producción más el salario del empresario o de la dirección al que denominan el beneficio ordinario y, en esas circunstancias, no existe un beneficio extraordinario o del empresario como renta residual de la economía.
Al innovar el empresario altera la situación de equilibrio del sistema y consigue temporalmente una situación de monopolio que permite que la empresa obtenga unos beneficios extraordinarios.
Con le paso del tiempo, otro empresarios atraídos por el alto beneficio, introducen imitaciones con las que compiten con el empresario innovador; lo cual hace que los beneficios extraordinarios de cada empresa se reduzcan hasta volver de nuevo a la situación de equilibrio en la que el beneficio se sitúa en su nivel ordinario, lo que ya no incentiva la entrada de nuevos imitadores.
La condición de empresario no puede asociarse a una profesión, ni ser perdurable en le tiempo, puesto que una vez se ha llevado a la práctica la innovación, las actividades a realizar por el empresario innovador para mantener el negocio son similares a la de cualquier otro empresario imitador y, obviamente, es muy difícil mantener un proceso continuo de innovaciones.
El empresario no tiene porqué ser necesariamente la persona que soporte el riesgo, sino que ésta sería el propietario o quien concede el crédito, ya que son los que sufren las pérdidas si la empresa fracasa.
LA TEORÍA DEL EMPRESARIO COMO TECNOESTRUCTURA DE GALBRAITH
La actividad económica de los países occidentales más desarrollados está denominada por las grandes corporaciones empresariales, que tienen el suficiente poder para influir sobre los precios y los costes, de manera que pueden moldear el mercado según su conveniencia.
Las grandes organizaciones empresariales requieren un conjunto de técnicos profesionales que actúan de forma colegiada y a los que Galbraith denomina tecnoestructura.
De esta manera la función empresarial es ejercida por un grupo de personas que son los que disponen de datos pertinentes para decidir.
Ester planteamiento tiene su origen en la evidencia empírica de que en las grandes sociedades anónimas se ha producido una ruptura entre la propiedad y el control de la empresa. La propiedad de la sociedad está dividida entre un gran número de pequeños accionistas que en teoría deberían ser quienes controlan la gestión, pero en la realidad los que realmente gobiernan las grandes empresas son los directivos profesionales, que en la mayoría de los casos ni siquiera con accionistas.
Los administradores quedan como los detentadores del poder en la empresa y son los que ejercen la función empresarial. Buscan el crecimiento y la eficiencia de la empresa para mantener la confianza de los propietarios y conservar el poder y, de forma paralela, alcanzar sus propias metas profesionales.
VISIÓN ACTUAL DE LA FIGURA DEL EMPRESARIO
En las últimas décadas del siglo XX, el entorno en el que se desenvuelve la actividad de las empresas se caracteriza por su complejidad y dinamicidad como consecuencia de una serie de factores, entre los que se puede destacar:
-          Rápido desarrollo de las nuevas tecnologías de la información, telecomunicaciones y las biotecnologías.
-          Globalización de los mercados.
-          Fuerte incremento de la competencia.
-          Incremento de los flujos de información.
-          Cambios en los sistemas económicos y políticos.
-          Cambios sociológicos.
La función del empresario tiende cada vez en mayor medida a un proceso de profesionalización a la vez que adquiere una mayor relevancia la figura del emprendedor.   
EL EMPRESARIO COMO PROFESIONAL DE LA DIRECCIÓN
En la actualidad, se considera al empresario como un profesional de la dirección, que realiza la planificación y gestión de la empresa con independencia de que sea o no el propietario.
Hoy existe una cierta despersonalización y atomización de la figura del empresario.
El empresario se elige en función de su capacitación y no por su carácter de propietario. En estas condiciones, el empresario no asume un riesgo patrimonial, sino un riesgo profesional, derivado de la posibilidad de perder el puesto en el caso de que la empresa no obtenga buenos resultados para los accionistas.
El beneficio no pertenece al empresario, sino al propietario de la empresa.
La figura actual del empresario se asocia a una persona o grupo de personas que toman las decisiones en la empresa para la consecución de los objetivos de los distintos agentes que integran la empresa, entre los que se pueden destacar:
-          Los propietarios
-          Los directivos o administradores
-          Los trabajadores
EL EMPRESRIO EMPRENDEDOR
Un emprendedor es una persona capaz de poner en marcha un proyecto empresarial. Entre las principales motivaciones para la creación de una empresa se podrían destacar:
-          Espíritu emprendedor: que empuja al futuro empresario a la búsqueda de oportunidades de negocio, asumiendo los riesgos derivados de la actividad.
-          Satisfacción personal en la creación de su propio negocio: que le permite una independencia que no se tiene cuando se trabaja por cuenta ajena.
-          Autoempleo y autoocupación: la necesidad de incorporarse o mantenerse en el mercado de trabajo.
El empresario debe disponer de las siguientes cualidades:
-          Recursos económicos suficientes: para poner en marcha el proyecto y asegurar su viabilidad 
-          Capacidad técnica o profesional: para desarrollar la actividad. Así como, habilidad para captar y dirigir un equipo de trabajo.

-          Capacidad para asumir la responsabilidad y los riesgos asociados a la creación de una empresa.

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