TEMA 3: LA EMPRESA Y EL
EMPRESARIO
FUNCIONES DE LA
EMPRESA EN LA ECONOMÍA DE MERCADO
En una economía de mercado el fin de la empresa está
relacionado con la persecución de sus intereses particulares y en concreto la
obtención de un beneficio, que en el largo plazo es necesario para su propia
supervivencia.
Para realizar este fin la empresa desarrolla unas funciones
fundamentales, de entre ellas podemos destacar las siguientes:
-
Genera riqueza mediante la producción de bienes y
servicios, creando empleo y desarrollando el sistema económico.
-
Coordina, dirige y controla el proceso de producción.
El empresario decide la asignación de los recursos a la producción, dirigiendo
el proceso productivo y estableciendo relaciones con el resto de los agentes
económicos.
-
Reduce los costes de transacción generados por el
mercado. Las imperfecciones del mercado generan unos costes de información y de
negociación de los contratos que pueden reducirse si la empresa organiza la
actividad en su interior.
-
Realiza una función de descuento o anticipo del
producto social. La empresa adelanta a los factores de producción su
participación en el producto, antes de que se haya consumado el proceso, y
genera las rentas monetarias a través del proceso de retribución a los
factores.
-
Asume el riesgo inherente a la función de anticipo del
producto social al retribuir a los factores antes de vender y cobrar sus
productos.
FUNCIONES Y
CARACTERÍSTICAS DEL EMPRESARIO
El concepto de empresario se puede identificar con el
emprendedor que pone en marcha un proyecto empresarial y con el de directivo
profesional que toma las decisiones en la empresa.
El empresario es la figura que adopta las decisiones
generales en la empresa, que planifica los objetivos a conseguir y diseña los
medios para alcanzarlos, aunque después puede delegar las decisiones operativas
en niveles inferiores de autoridad.
Las características principales o aptitudes que debe poseer
el empresario:
-
Espíritu emprendedor: el empresario debe ser alguien
que busca una oportunidad de mercado para poder obtener beneficios y que diseña
un plan y una organización para conseguir sus objetivos.
-
El empresario debe orientar su actuación hacia la
innovación
-
Papel de líder: el empresario debe concebir la “misión”
de la empresa y diseñar las estrategias para alcanzarla. Su actitud debe
influir en los componentes de la organización para que se identifiquen con ella
y se desempeñen voluntariamente en la consecución de los objetivos propuestos.
-
Necesidad de realización: la motivación de realización
es un elemento fundamental del espíritu de empresa económica y de la mentalidad
del empresario.
FIGURA DEL
EMPRESARIO EN EL PENSAMIENTO ECONÓMICO
En sus orígenes el pensamiento económico se centraba
fundamentalmente en conceptos de precio y salarios justos o en la idea de un
orden económico natural.
Durante la etapa mercantilista (s. XVI y XVII) la
preocupación por los aspectos éticos es reemplazada por la concepción de la
economía como negocio. Al ser le comercio la principal actividad económica, el
concepto de empresario se asocia, en esta época, con el de mercado o persona
dedicada al comercio.
LOS CLÁSICOS
En el siglo XVIII comienza a consolidarse el carácter
científico de la disciplina económica, se produce un fuerte desarrollo de las
teorías relacionadas con el mercado, pero se observan escasas aportaciones al
concepto de empresa y mínimo interés por el papel del empresario. Se identifica
a este último con el propietario y no existe una preocupación por elaborar una
teoría específica del empresario.
A. Smith, David Ricardo y Stuart Mill identificaron al
empresario con el capitalista o el propietario único del negocio, que lo dirige
y controla personalmente asumiendo el riesgo inherente a la propiedad.
NEOCLÁSICOS
Hasta muy avanzado el siglo XIX no se empieza a distinguir,
por parte de los economistas, una función para el empresario diferente de la del propietario. Marshall
realiza una aportación fundamental al elevar la función empresarial, definida
como función de organización, a la categoría de cuarto factor de la producción.
Intuye DE esta forma la separación entre dirección y propiedad de la empresa.
SIGLO XX
Ya entrados en el siglo XX, se suceden distintos enfoques
teóricos que han configurado las modernas teorías del empresario. Entre ellas
hay que destacar:
LA TEORÍA DEL EMPRESARIO RIESGO DE KNIGHT:
Knight considera la
incertidumbre como elemento esencial de la actividad empresarial.
Presenta una teoría del empresario en la que su principal
papel reside en asegurar las rentas de los factores productivos soportando el
riesgo de la actividad económica de la empresa y define el beneficio
empresarial como la recompensa por asumir dicho riesgo.
El empresario contrata los factores de productivos a unos
precios determinados, que representan los costes de la empresa y de esta forma
genera las rentas monetarias, que anticipa a los factores que participan en la
producción antes de conocer los resultados de la actividad económica
emprendida, para buscar un beneficio residual, siempre de carácter incierto.
El empresario tiene que realizar las siguientes previsiones:
-
Conocer las necesidades de los consumidores y estimar
la demanda para sus productos
-
Determinar sus precios de ventas o adecuar sus costes a
los precios previstos en el mercado en el momento de la venta de los productos.
En función de la información y el grado de conocimiento que
el empresario posea sobre la economía y sus agentes, el grado de incertidumbre
será mayor o menor y, en consecuencia, las predicciones que realice serán más o
menos acertadas.
LA TEORÍA DEL EMPRESARIO INNOVADOR DE SCHUMPETER
Para Schumpeter el empresario constituye un elemento
esencial del sistema económico de mercado, ya que la innovación y el progreso
técnico son los factores básicos del crecimiento de la economía capitalista.
El sistema económico tiende a estar en una situación de
equilibrio en la que los ingresos de las unidades económicas de producción son
iguales a los costes de producción más el salario del empresario o de la
dirección al que denominan el beneficio ordinario y, en esas circunstancias, no
existe un beneficio extraordinario o del empresario como renta residual de la
economía.
Al innovar el empresario altera la situación de equilibrio
del sistema y consigue temporalmente una situación de monopolio que permite que
la empresa obtenga unos beneficios extraordinarios.
Con le paso del tiempo, otro empresarios atraídos por el
alto beneficio, introducen imitaciones con las que compiten con el empresario
innovador; lo cual hace que los beneficios extraordinarios de cada empresa se
reduzcan hasta volver de nuevo a la situación de equilibrio en la que el
beneficio se sitúa en su nivel ordinario, lo que ya no incentiva la entrada de
nuevos imitadores.
La condición de empresario no puede asociarse a una
profesión, ni ser perdurable en le tiempo, puesto que una vez se ha llevado a
la práctica la innovación, las actividades a realizar por el empresario
innovador para mantener el negocio son similares a la de cualquier otro
empresario imitador y, obviamente, es muy difícil mantener un proceso continuo
de innovaciones.
El empresario no tiene porqué ser necesariamente la persona
que soporte el riesgo, sino que ésta sería el propietario o quien concede el
crédito, ya que son los que sufren las pérdidas si la empresa fracasa.
LA TEORÍA DEL EMPRESARIO COMO TECNOESTRUCTURA DE GALBRAITH
La actividad económica de los países occidentales más
desarrollados está denominada por las grandes corporaciones empresariales, que
tienen el suficiente poder para influir sobre los precios y los costes, de
manera que pueden moldear el mercado según su conveniencia.
Las grandes organizaciones empresariales requieren un
conjunto de técnicos profesionales que actúan de forma colegiada y a los que
Galbraith denomina tecnoestructura.
De esta manera la función empresarial es ejercida por un
grupo de personas que son los que disponen de datos pertinentes para decidir.
Ester planteamiento tiene su origen en la evidencia empírica
de que en las grandes sociedades anónimas se ha producido una ruptura entre la propiedad
y el control de la empresa. La propiedad de la sociedad está dividida entre un
gran número de pequeños accionistas que en teoría deberían ser quienes
controlan la gestión, pero en la realidad los que realmente gobiernan las
grandes empresas son los directivos profesionales, que en la mayoría de los
casos ni siquiera con accionistas.
Los administradores quedan como los detentadores del poder
en la empresa y son los que ejercen la función empresarial. Buscan el
crecimiento y la eficiencia de la empresa para mantener la confianza de los
propietarios y conservar el poder y, de forma paralela, alcanzar sus propias
metas profesionales.
VISIÓN ACTUAL DE
LA FIGURA DEL EMPRESARIO
En las últimas décadas del siglo XX, el entorno en el que se
desenvuelve la actividad de las empresas se caracteriza por su complejidad y
dinamicidad como consecuencia de una serie de factores, entre los que se puede
destacar:
-
Rápido desarrollo de las nuevas tecnologías de la
información, telecomunicaciones y las biotecnologías.
-
Globalización de los mercados.
-
Fuerte incremento de la competencia.
-
Incremento de los flujos de información.
-
Cambios en los sistemas económicos y políticos.
-
Cambios sociológicos.
La función del empresario tiende cada vez en mayor medida a
un proceso de profesionalización a la vez que adquiere una mayor relevancia la
figura del emprendedor.
EL EMPRESARIO COMO PROFESIONAL DE LA DIRECCIÓN
En la actualidad, se considera al empresario como un
profesional de la dirección, que realiza la planificación y gestión de la
empresa con independencia de que sea o no el propietario.
Hoy existe una cierta despersonalización y atomización de la
figura del empresario.
El empresario se elige en función de su capacitación y no
por su carácter de propietario. En estas condiciones, el empresario no asume un
riesgo patrimonial, sino un riesgo profesional, derivado de la posibilidad de
perder el puesto en el caso de que la empresa no obtenga buenos resultados para
los accionistas.
El beneficio no pertenece al empresario, sino al propietario
de la empresa.
La figura actual del empresario se asocia a una persona o
grupo de personas que toman las decisiones en la empresa para la consecución de
los objetivos de los distintos agentes que integran la empresa, entre los que
se pueden destacar:
-
Los propietarios
-
Los directivos o administradores
-
Los trabajadores
EL EMPRESRIO
EMPRENDEDOR
Un emprendedor es una persona capaz de poner en marcha un
proyecto empresarial. Entre las principales motivaciones para la creación de
una empresa se podrían destacar:
-
Espíritu emprendedor: que empuja al futuro empresario a
la búsqueda de oportunidades de negocio, asumiendo los riesgos derivados de la
actividad.
-
Satisfacción personal en la creación de su propio
negocio: que le permite una independencia que no se tiene cuando se trabaja por
cuenta ajena.
-
Autoempleo y autoocupación: la necesidad de
incorporarse o mantenerse en el mercado de trabajo.
El empresario debe disponer de las siguientes cualidades:
-
Recursos económicos suficientes: para poner en marcha
el proyecto y asegurar su viabilidad
-
Capacidad técnica o profesional: para desarrollar la
actividad. Así como, habilidad para captar y dirigir un equipo de trabajo.
-
Capacidad para asumir la responsabilidad y los riesgos
asociados a la creación de una empresa.
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